martes, 28 de septiembre de 2010

Opciones anti-crisis

Esto no puede seguir así.

Hay que tomar medidas.

Primero pensé en dar clases particulares, pero hoy en día hay críos que son terribles, así que lo he descartado.

Así que creo que para ganarme un sobresueldo voy a montar un restaurante donde se sirva:

a) Tortilla de patata
b) Marmitako
c) Arroz con leche


Seguro que me forro.

Aunque claro, es un menú muy calórico. Pero bueno, yo creo que hay mercado...

sábado, 25 de septiembre de 2010

Faire grasse matinée

Que sí, que me niego a levantarme, que aquí se está muy bien. Pero que muy bien.

Voy a rezar un padrenuestro por el tipo que inventó la cama, sí, ese hombre se merece un reconocimiento a nivel planetario.

Un novel de la paz?? Porque si todo el mundo se quedase arropadito entre las sábanas, no habría conflictos en este planeta...

Y yo aquí me quedo, dando ejemplo.

Iba a decir como John Lenon, pero me falta mi Yoko Ono, así que no, como John Lenon no, que además yo no tengo audiencia. (menos mal, que tengo unos pelos!!)

Me lo he ganado.

Con un libro, calorcito y galletas.

Why not?

De vez en cuando todo el mundo se merece un homenaje, y al menos el mío es barato e inofensivo.

Porque quedarte pegada con superglue al colchón lo puede hacer todo el mundo, no hace falta una visa platino (con saldo) para ello.

Así que supongo que estando en crisis, y como acabo de ver en la tele que en los presupuestos generales del estado se va a recortar un 15% en gasto público, ser feliz sin gastar un duro es mi labor como ciudadana responsable.

Os iba a decir que si os apuntáis, que hay hueco, pero Cachas me mata si hago una ciberinvitación así, con lo que me despido hasta mañana.

Aguantaré todo el día????

martes, 21 de septiembre de 2010

El mundo es un pañuelo


Y lleno de mocos


Pero bueno, no iba yo a hablar de algo así a estas horas, ya es bastante triste que haya tantos mocos por el mundo para que se lleven el protagonismo de mi post.


Me refiero más bien al hecho de que hoy en día te llama tu jefe al despacho y fácilmente te puede mandar a un proyecto a Brasil. Sin más. Con esto de la globalización, cada vez todo es más global, con suerte "glocal", pero no nos salva ni la virgen santísima de aprender chino.


Y a mí que me parece una excursión irme a Barcelona!!!


Todo quisqui se va de vacaciones a Canadá, China, Turquía, Egipto...y yo me voy a mi Algorta , "al pueblo", y feliz, porque es donde me encuentro a mí misma cuando estoy cansada. Digo yo que un chino se encontrará a sí mismo en China, que supongo que también estará bien, pero no es mi caso, no soy china.


Creo que estoy obsoleta.


O tal vez sea porque cuando eres de un sitio por adopción, pero adoras tus raíces, bastante tienes con repartirte entre esos lugares.


Pero bueno, me da igual, si esto es estar obsoleta, me gusta estar obsoleta. Yo en cuanto tenga un hueco, me voy a ver el mar a mi terruño.


lunes, 20 de septiembre de 2010

Primitiva


Creo que voy a jugar a la primitiva.


No me va a tocar, seguro: las estadísticas están en mi contra.


Pero mientras tanto, voy a ir pensando qué haría con el premio.


Y que me quiten lo soñado.


domingo, 19 de septiembre de 2010

Un tera



Hace mucho, mucho tiempo... en una era muy, pero que muy lejana, cuando la televisión era analógica y en blanco y negro, las personas con alguna afición acumulaban objetos o información de la misma en las distintas estancias de su casa.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de las casas, incluidas las promociones nuevas, tenían cocinas donde la gente vivía, tanto era así, que para muchas familias la cocina era una estancia más importante que el salón, con espacio para una mesa y la nevera llena. Eso de una nevera con un par de cervezas y una pizza precocinada no entraba en la cabeza de la mayoría de la gente.

Muchas de ellas los domingos iban a comprar el periódico al kiosko. El periódico era un documento en papel, un papel muy fino y característico, y que sólo se leía una vez y luego se tiraba al contenedor de la basura orgánica. Para ser exactos, realmente no había contenedor de basura orgánica, ni de vidrio, ni de envases, ni de aceite o de pilas. Con una única basura se bastaban. Y de sobra. Junto con el periódico, algunos compraban coleccionables, y semana a semana, iban llenando sus vitrinas de coloridos soldaditos de plomo o miniaturas de coches de época.

Algunos de ellos tenían una vitrina gigantesca llena de miniaturas varias, o cajitas nacaradas, o abanicos o plumas estilográficas. Las plumas eran un objeto muy apreciado por los coleccionistas, dependiendo de su solvencia, entre ellas podía haber incluso un Montblanc Magister, esas colecciones eran algo muy importante y se les dedicaba gran cantidad de tiempo y dinero. Hay quienes, una gran mayoría para ser exactos, acumulaban libros. Los libros no se subordinaban a una estantería de una habitación, sino que iban conquistando distintos rincones del domicilio: el salón, el estudio, el dormitorio y hasta los pasillos. Los libros es lo que tienen, producen cierta compulsión acumuladora. Este comportamiento bibliófilo está relacionado con la importancia que tiene el conocimiento para los amantes del mismo y de cómo llegan ciertas palabras al corazón de la gente. Hay quien incluso acumulaba coches: coches de época, jaguars, incluso hammers. Eso sí, estos últimos coleccionistas necesitaban una gran cantidad de espacio para su hobbie.

Hoy en día, esa compulsión se ha traducido en otra cosa. Esos mismos individuos, concienciados, ahora reciclan y tienen en su casa al menos tres basuras distintas y leen la prensa por internet. Además, se han comprado un disco duro de un tera y van acumulando toda la información que suene mínimamente interesante en dicho disco. Así, poco a poco, bit a bit, van llenando dicho disco, sin darse cuenta que, para leer todos esos ebooks, o utilizar todas esas recetas de cocina o estudiarse todos esos libros científicos, necesitarían tres vidas. Pero como todo está en una cajita, no se dan cuenta de lo desmesurado de su comportamiento.

Esta mañana, al revisar mi colección de recetas de tartas, he llegado a la conclusión de que, si sigo ensayándolas una a una con el Cachas, el exceso de azúcar le va a provocar alguna patología grave. He respirado un poco más tranquila cuando he leído que no está demostrado que el exceso de azúcar provoque diabetes, pero claro, yo soy lega en conocimientos médicos, con lo que supongo que aunque la diabetes no sea un peligro inminente, existirán otros problemas médicos derivados del exceso de repostería. Pero no puedo evitar seguir almacenando mis recetas. Para qué? Existe un doctorado en tartas de limón? Supongo yo que no. Aunque vete tú a a saber con esto de Bolonia, los grados y las nuevas titulaciones y másteres, puede que exista un Msc en Lemon Pies. Pero bueno, no creo que me haga un master o doctorado en ello. No obstante, yo sigo guardándolas una a una en mi disco duro. Toda feliz.

Hoy en día la frase "el conocimiento no ocupa lugar" es más válida que nunca.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Las nubes redondas vaticinan lluvia

Eso he oído esta mañana mientras "me echaba por encima" un café. Lo decía una mujer del tiempo en la televisión.

Tenía que ser así.

Claro.

A mi me gustan las nubes redonditas. Y si tienen formas interesantes, pues mejor. (estilo: miiira, si esa nube tiene forma de perrito..nooooo, que es una florrrrr)

Y va la mujer del tiempo y me dice que mis nubes favoritas son pájaros de mal agüero. Traen chaparrones.

Claro.

Si nada puede ser perfecto.

Ni las nubes redondas.

Tienen que vaticinar lluvia.

Jope.

Menos mal que no ha hablado de los atardeceres.

Me hubiese puesto los pelos como escarpias.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El saco agujereado

La gente va por el mundo portando un saco agujereado. Va dejando que amigos entren en su interior, y se van cayendo algunos por el camino.

La clave estará en que el agujero de abajo sea menor que el de arriba.

Bueno, y en la calidad de los amigos que entren.

Sí, puede haber otras variables, como la manera de llevar el saco o el terreno por donde te muevas.

El terreno es importante, porque el saco se suele vaciar de los elementos menos valiosos cuando nos movemos en condiciones adversas. Y es clave saberlo a la hora de meter nuevos elementos en nuestro saco. Que las mochilas pesan y no es cuestión de cargar con algo que se va a escapar en cuanto te toque subir una cuesta.

Si se zarandea el saco también ha de tenerse en cuenta, porque los amigos tienen tendencia a escaparse si se les trata de esa manera.

Por tanto, incluyo tipo de terreno y zarandeos en las variables críticas.

Me he dado cuenta esta tarde de todo esto, al echarle una ojeada al saco.

Tengo suerte.

Y no pesa.