martes, 21 de septiembre de 2010

El mundo es un pañuelo


Y lleno de mocos


Pero bueno, no iba yo a hablar de algo así a estas horas, ya es bastante triste que haya tantos mocos por el mundo para que se lleven el protagonismo de mi post.


Me refiero más bien al hecho de que hoy en día te llama tu jefe al despacho y fácilmente te puede mandar a un proyecto a Brasil. Sin más. Con esto de la globalización, cada vez todo es más global, con suerte "glocal", pero no nos salva ni la virgen santísima de aprender chino.


Y a mí que me parece una excursión irme a Barcelona!!!


Todo quisqui se va de vacaciones a Canadá, China, Turquía, Egipto...y yo me voy a mi Algorta , "al pueblo", y feliz, porque es donde me encuentro a mí misma cuando estoy cansada. Digo yo que un chino se encontrará a sí mismo en China, que supongo que también estará bien, pero no es mi caso, no soy china.


Creo que estoy obsoleta.


O tal vez sea porque cuando eres de un sitio por adopción, pero adoras tus raíces, bastante tienes con repartirte entre esos lugares.


Pero bueno, me da igual, si esto es estar obsoleta, me gusta estar obsoleta. Yo en cuanto tenga un hueco, me voy a ver el mar a mi terruño.


4 comentarios:

raindrop dijo...

Estas reflexiones sobre los desplazamientos y los viajes a lugares lejanos me recuerdan aquellas palabras que una flor ("une fleur à trois pétales, une fleur de rien du tout...") le respondió a le Petit Prince en medio del desierto:

- ¿Los hombres? Existen, creo, seis o siete. Los vi una vez hace años. Pero nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento se los lleva. No tienen raíces, eso les resulta muy molesto.

(parece ser que aquella flor de tres pétalos un día había visto pasar una caravana)

No es que estemos obsoletos, es que aún nos damos cuenta de que sí seguimos teniendo raíces.

:D

besos

Bego dijo...

De bien nacido es ser agradecido, y la manera de agradecerle a los lugares donde hemos sido felices es precisamente esa... volver de vez en cuando. Sea terruño de nacimiento o de adopción.

ybris dijo...

Yo también volvería si tuviera raíces ancladas en el mar.
Ahora no vuelvo, voy siempre que puedo.
Y me encanta ese mar del norte.

Besos, Pole.

mirada dijo...

Yo igual que tú... jejejeje...